Sin darse cuenta
Un silencio
la modorra en sus horas
calor rupestre de mis versos
de color noche
y había un fragmento
en mis notas
más o menos como este:
“yo no quería amarte
porque tuvieras el mar
en el nombre
ni alarmarme
por surcar o ahogarme
en cuatro letras
o cosas parecidas”
y en efecto,
no había algo importante que decir,
ergo, escribí lo siguiente:
“todo está bien, no hay más.
uno termina cediendo a la felicidad
por lo común, sin darse cuenta”.
o a consciencia. Pero no se puede hacer mucho. Bello.
ResponderEliminarSaludos, Nahuel.
Un poema que remata otro poema, un proceso revelado del cuaderno de notas hacia un final...
ResponderEliminarSin darse cuenta... :)
ResponderEliminarHOLA IBETH...
ResponderEliminarCREO QUE EL TEXTO CONLLEVA TAL RELEXIÓN.
MAS CLARO Y DIRECTO, IMPOSIBLE.
MUY BONITO
NO HAY MADRUGADA QUE NOS VENZA.
UN GRAN JUEVES PARA TÍ.
Qué lujazo tu comentario Nahuel, sabes que lo aprecio en demasía.
ResponderEliminarUn abrazo.
Francisco, siempre es un placer leerte por acá.
Un abrazo grande.
Isidiro, y terminas oportunamente la frase de Francisco.
Un gusto tenerte por mi blog, un abrazo, gracias por tu visita.
Ariel, así es, que no nos juegue en contra :)
qué gusto leerte.
Un abrazo.