El sol se derramó en las calles,
nos derrotó ese derroche de atardecer
Xalapa estuvo hermosa, más que siempre,
propusimos ceder a la clarividencia
de aprovechar la siesta y guardarnos
de la calle y el calor.
Sucedió el amor como literatura,
como un mellizo del cielo,
una cosa más o menos solemne;
después abrí la cortina seducida
por esa musiquita de las calles;
ruidito cotidiano de cualquier lugar
y te esperé,
llegaste puntual como siempre
a mi espalda, de pronto un beso húmedo
aromó mi cuello,
y eso era la vida,
recuerdo que mi lluvia
te tocó en el hombro.
Sentados uno sobre otro en el silencio
hicimos de cuenta que la ciudad
fue una pecera que observaríamos bastante.
No sé cómo llamar esa cucharada dulce
de aquél momento
pensé deliberadamente
en esa paz de pocas veces,
en esa mariposa amarilla
de profesión ambulante
que va repartiendo buena suerte
y sentí que ese beneficio era mío.
Si el amor sucede así,
ResponderEliminarue siga ocurriendo
y derramándose por tu piel poema
Gracias amiga
Me fascinan tus progresos
Y qué mejor que suceda.
ResponderEliminarMe encanta que me leas.
Gracias y más gracias. Abrazos.