pienso enterrar las virtudes
me enfrento a la ventana cual voyeur
no tenía planeado si quiera escribir
pero mis pensares se desatan de sus ramas
los talveces me colman la mañana
y me adornan el pelo
el agua de mi poesía ya no brota
y no hay panacea para mi enfermedad
“el amor es más bien una resaca inacabable”
no hay palabras, no encuentro
como esas gentes que dejan
partes de sí en el pavimento
un pedazo de piel / una historia
del zapato / el eufemismo de su huella /
el beso del asfalto / la goma de mascar
de fresa y desazón
no es despedida / es son de miseria
en mis letras / no es que el cuaderno
se haya acabado
es sólo que no hay recipiente
donde poner la vida.
tan bello, sobretodo la frase final.
ResponderEliminarUn placer, ibethcilla.
Nahuel.
Habrá que reciclar el contenido de tal recipiente. Quizás.
ResponderEliminarUn saludo!
Vas y vienes desde el amor y sus demonios
ResponderEliminary hallas la forma de presrvarlos para ojos distintos que te leemos
Gracias Ibeth
Gracias enormes Nahuel, el placer es compartido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Isidro, casi siempre se recicla y da formas nuevas.
Un abrazo.
Y gran privilegio mío al tener a esos ojos dinstintos por este humilde blog, Francisco.
Un abrazo.
Para nada lo catalogaria como miseria, mas bien con una nueva oportunidad de escribir cosas nuevas, porque tu mente es un torrente de pensamientos que logran cosas bellas como la que nos compartes, saludos estelares desde mi querida Guatemala
ResponderEliminarStar, yo creo que es una etapa de los que se nos da escribir. Qué lujazo tenerte aquí, gracias por tu bonito comentario, amigo.
EliminarUn abrazo.
Qué sorprendentes versos!
ResponderEliminarhaces de esa lúcida miseria
una deleitable ventana literaria y voyeur.
Un aplauso silencioso, una sonrisa de ojos, un agradecimiento palpitante por invitarme a leerte, me has renovado.
Para mí siempre es un gusto leerte en mis rincones, Qy.
EliminarUn abrazo, también silencioso.