10 dic 2014

Si alguien probase.

Si alguien probase mi beso 
único en sus quehaceres,
exclusivo en la boca 
de quien me besa
sabría un poco al tabaco 
de otras bocas,
a las frutas fermentadas 
de alguna cerveza compartida,
sabría un poco 
a la locura de una lengua
que nunca me enseñó a besar 
que como serpiente volvía 
vorágine las olas de mi beso,
y sabría también un poco
al entusiasmo de la inexperiencia 
con su menta y yerbabuena,
sabría en otros instantes 
al algodón de azúcar azul 
o a la frescura de un chocolate 
en el beso de quien me amó,
sabría a la paciencia y al encanto,
a la nostalgia bella 
y al desconsuelo de un tango
y también sabría -cómo no-
al cielo de las bocas que besé,
si alguien probase mi beso.

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