28 abr 2023

Modelo para irse

A veces no sé quien soy, la lanza de mi silbido va alborotando recuerdos, desenredando caminos, mientras mi risa cae en el abismo. / Me voy quedando huraño, embalsamando destinos. / No me arrepiento de nada, el bien y el mal son olvidos.”

                                                 Gustavo Leguizamón.



Ese poco de mar, de carretera,
ese poco de sur que yo tengo,
esta bóveda de silencio,
este cacho de vértigo 
al asomarme a la vida 
como a un abismo,
ese temblor en las piernas…
[un paso atrás,
rueda una piedrita 
en la montaña en viceversa]
siempre al borde 
al lado de una roca
ese precipicio en la mirada,
-hondo, vertical-
todo este tiempo anuncia su velocidad;
y se aloja un quebranto infinito;
ese aforismo:
“se tiene una vida sola”
y yo;
con el corazón en los pies,
sin la paciencia como aliada,
sin el tiempo encadenado
a mi derecha,
con el alma pecho a tierra
de miedo y de prisa,
con la fortuna al revés 
cuando todo parece perdido
de antemano…
me ha resucitado en los ojos 
la belleza,
me ha crecido enorme la muerte;
obstinada
zigzagueante,
a mí que jamás 
tuve cuchillos en la boca,
a mí que nunca he vivido
si no es profundamente,
a mí que no he amado
si no es con toda la vida,
a mí que he engendrado
inmensa cada despedida,
a mí que me he empeñado 
en finales parecidos,
en mundos al revés,
a mí que me he tildado 
de culpable de una lluvia
-ayudante de diluvio-
que se enciende y se eterniza,
a mí que entre los sueños  
me acuesto
-hecha de nube y de madera-
sutil 
dulce
dura
taciturna…
y en ese mucho cielo
la vida abruma,
y en ese mucho sol
el hastío de la rutina,
y en ese demasiado
tanto milagro instantáneo:
el misterio de
tu huella dactilar
en estas manos
cuya intención
no es más que 
convidarme libertad
antes de que las palabras 
me atrapen 
en esto que suelo ser, 
antes de no ver 
la brújula apuntando 
el norte mío 
en los ojos de alguno,
componiendo mi rumbo:
geografía impracticable
de un mapa perdido ya.

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