30 may 2013

Pérez



Tenía la cabeza loca
el pensamiento tibio
cada tarde se paraba
en alguna librería
a regar sus quejas
por entre los pasillos
a veces se quedaba
y compraba uno o tres libros
se chupaba los dedos
después de comer
y le sabían a días muertos
a flor artificial.

Después de bañarse
se cortaba las uñas
a veces higiénicamente
a veces como guitarrista
y el corazón le olía
a sopa y sudor
aunque se lavara.

1 comentario:

  1. wow realmente estas mejorando mucho (lo contrario a mi), ya hasta casi escribes parecido a como escribía yo jajaja (no mentira, una pequeña broma de egos pasados).

    Saludos, Nahuel.

    ResponderEliminar