30 ago 2022

Bosques del valle

"La vida me ha cambiado en un segundo extraño, demasiado brillo, demasiado impacto /
me ha venido grande para ser exacto, ya sé que no es para tanto..."
                                                                                              Leiva.


Nuestra casa casi siempre estuvo 
llenísima de tarde, 
las tardes con sol y cielos naranjas
tienen cierta magia 
algo casi irreal
algo casi lisérgico 
la ventana del estudio
daba a un árbol bellísimo 
un árbol singular y tranquilo
con aves siempre cantando en armonía 
como las horas en las que 
me sentaba a escribir
sintiendo el viento suave,
la nostalgia tiene siempre 
algo de peligroso,
algo casi irascible,
algo casi ecléctico;
en su encanto guarda 
la puñalada de infelicidad
que te clava en la espalda,
un desdeñoso acto 
de arrojarte un preciso recuerdo:
ese instante que genera 
una chispa
un olor
un suspiro legítimo;
mucho de mí se quedó 
en esa casa,
mucho de mí se que quedó en ti,
abrazar esa idea 
es bastante intolerante 
porque me doy cuenta 
del enorme fracaso 
de dos vidas felices,
después,
qué se debe decir;
un departamento vacío 
en el centro 
o en el norte 
y una voz, 
ese cargar más pesados
los recuerdos,
todo lo decidido
tiene algo de poético 
y respetable…
tengo muchas virtudes;
la mayor:
estoy en contra de la mesura. 

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