Qué lluvia de estas leves
se han de beber estos ojos
que se han de volver cenizas
cuántos inviernos más
cuántas lluvias de gotas distraídas
muriéndose en la acera
el asfalto/ en los paraguas
los tranvías/ los autos
en las cabezas de las gentes
sin paraguas
qué noche tan oscura como ojeras
he visto en tus ojos a través
de tus anteojos del alma
esas hojas verdes tienen muchísimas gotas
de ti y de tus rencores
he caminado en tu noche
desandado tus pasos
recreando tus andares en tierra mojada
en piso humedecido de una lluvia que no cesa
las ramas se me vuelven más altas
y nutridas es imposible ver quién
se esconde detrás
qué psicópata/ qué ladrón
podrá salir a llorar la luna
mientras lo desnuca una estrella caída
qué lluvia de estas leves y nada tiernas
se han de beber estos pies
que recogen en su andar
toda la humedad endemoniada del suelo
cuántas gotas habrán de ser muertas
en el techo; mi intemperie
de guijarros
con cuántas notas sobre la noche lluviosa
tendré que alimentar al cesto hambriento
de poesía mediocre
en qué noche de estas con leve lluvia
habrán de vomitar mis ojos
que se han de volver cenizas
el invierno.
11.09.11.
Especificaciones: No es, pero parece invierno.
12 oct 2011
Cenizas (invierno)
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Un invierno mental, con imágenes oscuras. Que me deleita, me deleita la lluvia ácida que todo vuelve un infierno de cenizas, me gustan tus estrellas caídas, y tus pasos por sus tinieblas.
ResponderEliminarMucho, y nada de mediocre se necesita para escribir un himno al invierno que yace en el otoño.
Un gusto, muy particular, muy degustable es leerte. Saludos
Qyмεяa, cuánto te agradezco que sigas leyendo y encima te parezca deleitable lo que escribo.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Un abrazote.