“Ser feliz con dos latas en la nevera y un gramo de esperanza en lista de espera”
Joaquín Sabina.
que desanda las tempestades,
para qué mudar el amor
en la vida desde el insomnio,
las letras de tu nombre
me son suficientes,
la brisa de tu respiro
me investiga,
me interroga
y yo pienso para qué tanta prisa;
debe anochecer bueno en Samaná
y en la Habana el para siempre
seguro queda corto,
adivina cuántas veces entonces
pensé en ti y te amé,
cuántas veces visité el ojalá
con esta pluma fría,
con la vida hecha leños,
con la lluvia en la cara,
con los pies en las olas
que ensucian y lavan,
tratando de entender
la geometría de tu boca
en el silencio de un beso
que detalla la paz,
para qué esa prisa
que apaga el quebranto
que duerme sin soñar,
que llega tarde,
para qué esa prisa.