Yo digo que al tiempo
se anteponen los signos,
en los amparos que uno espera
el día nace inconcluso
en la piel de la memoria
que caricias medio borran;
yo diría que por ejemplo
la vida es todavía
una canción suave y brusca,
un pedazo de deseo,
una esperanza invencible,
una extraña ternura,
-como ese rencor triste de esperar
a que te quieran-
los silencios de la tierra
huelen muerte mojada,
toda escritura te salva
como sobrevolando sufrimiento,
ya ves que con tanto día
y fábricas del tiempo
si una mañana fresca nace
en una ventana, en unos pies,
es una señal de vida
o vos qué pensarías.