Este piano ya no canta
desde que tú lo bautizaste
está pobre de alma
y ya no tiene corazón.
Dale un poco de tu vida
dale un corazón de los que tú haces
de papel y de hojas secas
invéntale una redención.
Este piano ya no habla
ni siquiera dos notas
ponle otro nombre
con hache que no es muda.
Este piano no te tiene
y necesita tus huellas
unos acordes mal hechos
de los que tú sabes tocar.
Este piano ya no tiene ni la noche
se ha gastado hasta mis huellas
no te tiene y necesita urgente
el bolero de los dos.
24.06.11.
Dedicatoria: obvia/omitida.
Por nombrar se pierde la esencia, se pierde del todo el motivo original, pero se pueden re-inventar nombres a medias, compartidos tal vez.
ResponderEliminarAlgo me dice, que ese piano que taciturno añora, es deseado y añorado a su vez.
Y que ese bolero toque y toque hasta hacer amanecer las noches y oscurecer al indiscreto sol!!
Dan ganas de un amor a medias mencionado y un bolero para acompañarlo después de leerte.
Saludos cantaditos ;)
Ese bolero que se baila al ritmo de dos corazones... ese falta en este poema para revivir un piano
ResponderEliminarUn saludo Ibeth, y gustoso de leerte dejo mi huella
Un gustazo que pases por acá Francisco, gracias.
ResponderEliminarUn saludote!
Qymera, hasta ahora leo tu comentario, se me había ido a spam por error, pero qué va, si lo tuyo es sólo escencia poética!
ResponderEliminarQué gusto leerte por acá.
Un abrazo.